Roger Federer y el hambre de gloria aún intacto
Federer, con 29 años y el hambre de gloria intacto, dio el segundo paso en firme en el Abierto de Estados Unidos, al derrotar al alemán Andreas Beck por 6-3, 6-4 y 6-3, en una hora y 41 minutos.
El suizo comenzó impecable y, en un abrir y cerrar de ojos, se puso 5-0 arriba. Reaccionó el germano y se llevó tres juegos consecutivos, aunque Federer no le concedió más alegrías.
Al N° 2 del mundo le bastó con exhibir un nivel correcto para apuntarse el segundo set ante un Beck que trataba de forzar, pero que cometía demasiados errores no forzados, al intentar ajustar sus golpes para no facilitarle los puntos a Federer.
El tercer set fue un calco del segundo y el suizo finiquitó el choque con determinación, jugando muy bien con su potente saque y su letal drive. Y jamás le dio la mínima chance al alemán de ilusionarse con alguna reacción. Beck no fue rival para el suizo, lo lógico por la brecha de 102 posiciones que los separan. El alemán cometió 11 dobles faltas, contra ninguna del suizo.
Este parece ser el excelso Federer de siempre y no el del opaco rendimiento tras ganar en enero el Abierto de Australia. Ahora con el estadounidense Paul Annacone como entrenador, arrancó impecable en un torneo muy positivo para su propuesta agresiva.
En la tercera rueda, Federer tendrá como adversario al francés Paul-Henri Mathieu, quien superó a su compatriota Guillaume Rufin por 7-6 (7-3), 6-4 y 6-3.