Nadal perdio ante su compatriota David Ferrer
El sueño de Nadal de convertirse en el tercer jugador de la historia en lograr los cuatro grandes consecutivos, después del australiano Rod Laver y del estadounidense Bill Tilden, que lo hicieron en una misma temporada, se empezó a desvanecer tras los primeros juegos y finalmente se esfumó tras una hora y 53 minutos de partido que finalizó 6-4, 6-2 y 6-3.
No se retiró Nadal, como hace un año, cuando en este mismo tramo del torneo abandonó ante Murray dolorido en la rodilla derecha, cuando perdía por 6-3, 7-6 (7/2) y 3-0. Pero dio la sensación de que en cualquier momento, víctima otra vez de las penurias físicas, podría enfilar el camino del vestuario sin echar el cierre al duelo.
No lo hizo el número uno del mundo. Puede que por consideración a su propio adversario. Pero seguro que ganas no faltaron.
En cada intercambio, el médico de pista acudía al banco del balear, que tenía la cabeza en otro sitio. Mientras, David Ferrer, que solo había vencido a su rival en tres de las catorce ocasiones en las que se habían enfrentado, pero una de ellas en la única vez que se enfrentaron en un Grand Slam, el Abierto de Estados Unidos 2007, tomó carrerilla ante una ocasión única, sin igual.