Federer con el gran deseo de volver al Nº 01

Está con la mano caliente. Y eso es algo muy peligroso para sus grandes rivales. Roger Federer, que supo ser un relojito suizo, recuperó en gran parte la precisión de sus mejores tiempos y redobla la apuesta: lejos de conformarse con haber vuelto al podio del tenis, dice que este año puede volver a ser el Nº 1 del mundo. En la antesala de Indian Wells y Miami, el desafío es mayúsculo y vale la pena seguirlo de cerca.

A los 30 años, el helvético, considerado por la mayor parte de la gente como el mejor jugador de la historia, viene en racha y a la hora de las grandes citas es de respetar. No sólo por pergaminos y antecedentes, que tiene de sobra y en eso supera a todos, sino también por su experiencia y su confianza en alza, ayudado obviamente porque su nivel mejoró. Está muy agresivo y punzante y eso, en superficies rápidas, es mucho decir.

Hace cuatro meses, Federer logró el récord de cinco coronas en su Basilea natal y recuperó la sonrisa, pero, mucho más que eso, fue un revivir para el suizo, ya que cortó su segunda peor sequía profesional (10 meses sin un título) y comenzó una racha imponente, al estilo de sus años dorados. Desde allí, ganó las cinco finales que jugó y, retrocediendo un poquito, desde las semifinales del US Open, se impuso en 33 de sus 35 partidos.

Aquel choque en Nueva York, cuando desaprovechó dos match-points contra Novak Djokovic, posterior campeón, fue muy duro para Federer. Es que el suizo bien pudo meterse en la final y luego terminó viendo por TV cómo el serbio superó una vez más al español Rafael Nadal, su "sombra negra". Por entonces, Federer era el 3º del ránking de la ATP, detrás del rey Djokovic y el escolta Nadal. Hoy, los tres repiten esas posiciones, pero el andar del helvético es otro.

Por eso, vale el recuento hasta ese momento para comprender y recordar bien cómo venía Federer y compararlo con su actual andar por el circuito. Al triunfo en Basilea le siguió el de París-Bercy -el primero en dicho Masters 1000- y el cierre fue a toda orquesta, logrando el título en la Copa Masters de Londres con el récord absoluto de seis coronas de Maestro. Además, como plus, aplastó a Nadal con un baile fenomenal en el grupo.

Ya en 2012, debió abandonar tras pasar a semi en Doha y llegó otra derrota más ante Nadal, en una semifinal del Abierto de Australia. Pareció sentir ese impacto y cayó de local en la Copa Davis ante John Isner, en el triunfo de Estados Unidos en Suiza por la primera rueda. En ambos casos perdió en cuatro sets, luego de apoderarse del primero. Desde entonces, se impuso en Rotterdam y Dubai, cediendo sólo un set en nueve encuentros.

De esta manera, el suizo tiene marca de 16-2 en esta temporada y, como ganó los 17 últimos de 2011 (post-US Open), en total suma 33 victorias en 35 partidos