Nadal ya espera su regreso en Open de Chile

El mejor jugador sobre polvo de ladrillo de todos los tiempos, Rafael Nadal, afronta uno de los desafíos más importantes de su carrera en esta gira americana que comenzará en Viña del Mar y concluirá, si todo va bien, en Miami dentro de casi dos meses.

Cuando un jugador se ausenta del circuito duarnte tanto tiempo, suele ser porque tuvo que pasar por el quirófano. Eso es, precisamente, lo que trató de evitar Rafa con este largo período sin competir. Dentro de las posibilidades que le ofrecían los médicos de cara a intentar resolver esa lesión de rodilla que ya se venía prolongando hace años, estaba la de una cirugía.

El español y su entorno decidieron tomar el camino más largo, pero el menos agresivo y comenzaron una etapa de descanso y rehabilitación que tenía como objetivo, en primer lugar, bajar la inflamación de la zona afectada. A partir de ahí, comenzarían a fortalecer, tonificar y finalmente entrenar tratando de que esa zona no se inflamara y no apareciera ese dolor que lo "castigó" durante tanto tiempo.

El resultado es incierto, fundamentalmente porque los jugadores cuando volvemos de una lesión desconocemos si estamos recuperados o no hasta que nos testeamos en una competición, por más que hayamos entrenado mil horas.

Entrenar y competir, visto desde afuera, parece lo mismo. Al fin y al cabo uno está jugando al tenis, pensarán ustedes, pero la competición es totalmente diferente al entrenamiento más duro que se pueda realizar. Los niveles de stress, tensión muscular y exigencia se multiplican por un motivo muy sencillo: queremos ganar. Los entrenamientos, sin embargo, que en cualquier jugador profesional suelen ser muy intensos, carecen de esa exigencia extra que se convierte en el "test" definitivo para una antigua lesión.

La adaptación a la competición va a ser un camino más o menos difícil para Rafa, según la respuesta de su rodilla. Si tiene la suerte de estar totalmente recuperado, simplemente tendrá que enfocarse en ir agarrando ritmo de juego, sumar partidos y alcanzar su mejor nivel, algo que por su calidad como atleta y como tenista no debería llevarle demasiado tiempo, más aún si tenemos en cuenta que hará esa transición en tres torneos sobre polvo de ladrillo, su "hábitat natural".